‘Arráncame la vida’: la cinta más cara de México llega a Europa
Pasión. Poder. Ansia de libertad. Amor. Todo rodeado de un entorno de convencionalismos y opresiones, como el que respira una mujer con la firme voluntad de ser ella misma en el escenario de la conservadora y casta Puebla de los años 30. Esa es la propuesta de Arráncame la vida, la película más cara de la historia del cine mexicano, que, estrenada hace meses en el país azteca, llega este verano a las pantallas europeas para seducirnos con un gran elenco y una trama para soñar y para llorar a moco tendido.
Sí, llorar. Porque «es una película magnífica, es una película triste, como uno quiere que sean las mejores películas». Quien esto dice es, ni más ni menos, que íngeles Mastretta, el origen de todo este ovillo que lleva hasta la película, porque el guión es una adaptación de la novela homónima de Mastretta, la gran novelista mexicana. Su obra es una de las novelas más grandes de la literatura latinoamericana de los últimos treinta años, y ahora llega en forma de imágenes de celuiloide de la mano del director mexicano Roberto Sneider.
La historia presenta la vida de Catalina Guzmán (Ana Claudia Talancón, Los crímenes del Padre Amaro), que a los 15 años se casa con un general victorioso de la Revolución, Andrés Asensio (Daniel Jiménez Cacho, La Zona, La Mala Educación), que irá ascendiendo en la escala de poder que en los años 30 empieza a levantarse en torno al PRI.
Andrés es en todo momento seductor, generoso y protector. Catalina tiene que vencer antes que nada su propia fascinación por Andrés, por todo lo que le aporta a su vida. Pero Catalina ha dejado de ser feliz junto a él. Está creciendo, descubriendo el mundo, y de pronto se da cuenta de que no es libre, de que quiere serlo. Catalina abre los ojos cuando conoce en el Palacio de Bellas Artes a Carlos Vives (José María de Tavira), un director de orquesta idealista que le hace sentirse como una mujer. Sin embargo, la tragedia amenaza su relación. Si tiene tiempo, y en agosto es más fácil encontrarlo, no se la pierda. Puro sentimiento. Pura vida.