Gérard Fromanger: «El artista debe ofrecer verdades míticas»


Gérard Fromanger es un pionero del regreso a la figuración a principios de la década de 1960 en Francia. Nacido en 1939 en Pontchartrain, vive y trabaja entre París y Siena (Italia), Fromanger se unió a los artistas de la narración figurativa en el Salón de Mai en 1964 y 1965. Después participó en el Salón de la Peinture de Jeune. También realizó varios trabajos de serigrafía colectiva y política durante el mes de Mayo de 1968.

Gérard Fromanger  fue amigo de Alberto Giacometti. El cineasta Jean-Luc Godard lo invitó a dibujar una serie de obras y a crear con él lo que se convirtió en su cine, una serie de cortometrajes basados en su obra Album The Red 1968. Aclamada en todo el mundo, esta obra ha marcado no solo la carrera artística de Fromanger, sino la de los artistas de la narración figurativa.

Gérard FromangerHasta el 17 de febrero de 2019, Gérard Fromanger expone el Museu Coleção Berardo de Lisboa la gran obra sobre el lienzo Rouge, nus de 1994, en la exposición Quel Amour!? Comisariada por Éric Corne, esta muestra reúne a varios artistas de diferentes generaciones, países y culturas para quienes el amor ha sido una fuente de inspiración. Entre ellos destacan Marina Abramović, Chantal Akerman, Pilar Albarracín, Helena Almeida y Francis Bacon.

Nuestro colaborador Francisco Lacerda y el periodista y crítico cine y ópera António Lourenço han charlado en Lisboa con este artista, que repasa a continuación su deslumbrante carrera.

F.L.- La exposición Quel Amour!, Trata sobre el amor y la mitología. ¿Cree en estos dos conceptos?

Sí, creo en el amor. Decidí crear la obra Rouge, nus durante la epidemia de sida. Lo segundo era mostrar un acento, un formidable acento de verdad. Mirando a la gente, el mito, la buena educación, las ideas de la burguesía, bien educadas, el consenso de amor. Es flor, es bonito, es poético, es encantador, es tierna y dulce. La parte animal, lo carnal es muy importante.

Al principio, los amigos me dijeron que sería una pintura misógina. Pero es lo contrario. La obra se ha expuesto en muchas exposiciones y les gusta especialmente a las mujeres. Recibí cientos de cartas de mujeres que me daban las gracias. El papel del artista es poner el acento en la verdad. El artista debe ofrecer verdades míticas. Los malos artistas son los que nunca exponen el sexo, lo esconden. Solo Picasso lo hizo.

F.L.- En su trabajo Rouge, nus (1994) nos encontramos inmersos en una aventura erótica y confusa. ¿Por qué decidió crear una obra tan grande en colores rojo y negro?

Depende del trabajo. Ciertas series de mi obra son revolucionarias, es el rojo de la revolución. Desde Mayo del 68 en Francia el rojo y el negro son los colores de la anarquía.

Tengo una historia sobre la obra Rouge, nus. Fue en un museo en Francia, en Brest, había 5 pinturas en una gran sala. Había un grupo de 80 niños, niños pequeños, de 5 a 10 años. Iban a ver todas las obras excepto esta. Entonces, fui junto a los maestros, y les dije: «Pero ¿por qué no traéis a los niños a ver esta obra?» Ellos dijeron: “Hay 12 madres aquí, estamos un poco asustados.” Fui a hablar con ellas y dijeron que “por supuesto que sí”. Fuimos todos con los 80 niños, a ver la obra y se sentaron frente a ella. Les preguntaron qué veían, y las respuestas fueron: un tren, un paisaje, un árbol, la campaña, el cielo… Después de 10 minutos, una niña dijo, “una pierna”. El sexo no es su universo, fue una experiencia formidable.

A.L. – Anécdotas como ésa son una lección de racionalidad.

Exactamente. Pero hay otras historias… Por ejemplo, vivo la mitad del año en Siena, en Italia, Toscana. Allí mostré esa obra por primeva vez, en el museo de Siena. Hicimos una gran exposición con este desnudo rojo. El alcalde llamó al arzobispo porque el museo estaba frente a la catedral… El arzobispo fue y dijo: “Maestro Fromanger, sin censura, pero no habrá noticia en la prensa italiana”. Dije “de acuerdo, no se preocupe”.

No hablamos del cuadro, pero toda la ciudad acudió a verlo. En la inauguración, vino una mujer muy elegante de unos 60 años y dijo: “Maestro, soy la Prefecta, ¿quiere hablar con mi marido, el Prefecto?” Yo dije: “¿Por qué?” Ella dijo, “porque él no quiere ver esta obra. Él no sabe lo que es la vida.” Dije “¿Pero tienes hijos?” y respondió: «Sí, ¡pero no sabe cómo lo hizo! Quiero que hables con él”.

Hay muchas historias sobre esta obra. Tengo una más: El primer ministro, no diré cuál, llegó a la exposición a París con su esposa. Pasó por delante del cuadro, y su esposa lo miró durante un rato y me dijo: “Fromanger, es maravilloso, pero… Necesitamos que mi esposo vea esta obra.” Dije: “¿Quieres que lo llame?” y respondió: “sí, sé tan amable de llamarlo”. Me acerqué a él y le pregunté: ¿Podría venir? Su esposa quiere que vea este cuadro” Y me respondió algo extraordinario. Algo que, por lo general, las mujeres dicen de los hombres. Me dijo: «Ah, claro, ella solo piensa en eso».

 A.L. – Es curioso, porque Rojo y Negro es también una novela de Stendhal…

Es un hermoso libro. Tengo una obra llamada El rojo y el negro en el príncipe de Hombourg, 1965, en Francia, y he hecho una obra famosa que es propiedad de Gérad Depardieu.

Es un mundo intelectual real, realmente francés. El realismo francés. Zola, Eugène Sue, Alexandre Dumas, Victor Hugo, toda esta literatura es muy popular e intelectual. Me encanta Alexandre Dumas.

La obra de rojo y negro quería hacerlo de una manera muy simple, porque forma parte de una serie de 5 llamada Quadrichromie. Una con un predominio rojo, rojo desnudo, otra amarilla, una azul y una multicolor, etc. Fue difícil, porque en los años sesenta y setenta, artistas como Bruce Noman o Daniel Buren, todos los que hacían algo más que pintar, no se podían definir como “pintores”. Yo fui un artista de la pintura, y ahora soy un artista contemporáneo. Puedo hacer pintura, instalaciones, vídeos, películas, etc. La pintura es solo una parte del arte contemporáneo.

Le rouge et le noir dans le prince de Hombourg, 1965 ©Gerard Fromanger

A.L. – En las facultades de Bellas Artes enseñan video arte y cine, porque las artes visuales de hoy están relacionadas con el vídeo. ¿No tanto con el cine?

El arte no hace cine sino películas de arte. Los artistas pueden hacer vídeos y películas, pero no cine.

A.L. – También los hermanos Cohen hacen películas de arte. Atom Egoyan es también un artista y cineasta.

David Lynch también es pintor, expone su obra.

F.L.- ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Jean-Luc Godard en Film-tract No. : 1968?

Godard fue un artista muy importante a principios de los años sesenta, con Al final de la escapada y muchas obras películas. Cuando tenía alrededor de 20 años una de mis obras le influyó, y me dijo que quería ser pintor. Su forma de pensar influyó mucho en las artes en Francia, a principios de los años sesenta. En 1968 hacía los carteles en la facultad de Bellas Artes. Se llamaba L’atelier Populaire des Beaux Arts, y allí hicimos 800 carteles conocidos y miles de copias.

Una vez hice un cartel con la bandera francesa, con el rojo que mancha el azul y el blanco. Me lo rechazaron, y al día siguiente una joven me dijo: “Jean-Luc Godard quiere conocerte”. Yo dije: «oh, ¿en serio? Formidable, me siento honrado”. “Ok –respondió ella- mañana a las 5 de la tarde.” Así que fui a su casa, nos sentamos cada uno a un lado de la cama y durante una hora hubo silencio total. Hasta que me preguntó: “¿Cómo hiciste ese póster?”. Yo dije: «Es fácil, coges un papel, una regla, un color azul, un color rojo, etc.»

«Jean- Luc Godard me pidió que le enseñara a dibujar»

Lo anotó todo, se fue y regresó con todo. Dijo «hagámoslo», yo dije «ok. “Entonces haces 3 rectángulos, pintas uno en azul, el otro en rojo, el blanco permanece blanco. Después tienes que coger una taza y hacer el color rojo.” Y, justo antes de verter el rojo y colgar el papel, pregunté: “¿Quieres sostener el papel o quieres verter el rojo?”. Yo tenía agarrado el papel, así que le di la taza y le pedí que extendiera el rojo por todas partes. Lo hizo, y de repente dijo: “¿Quieres hacer cine?” Respondí: “Sí, me gustaría hacer cine, pero no sé cómo.” Y me dijo: “Me encargaré de todo”. Después hicimos la película juntos, fuimos amigos durante dos años y me pidió le enseñara a dibujar.

AL.. – ¿Qué edad tenía Godard en esa época?

Yo tenía 28 años y él unos 10 más, así que tendría 38.

AL.. – Debió ser una experiencia fantástica.

Sí, en serio. Y esta película, la hicimos otras después, en Londres, Estocolmo … hicimos muchos cortometrajes pero ninguno realmente bueno. También hizo algunos con Chris Marker.

Film-tract No. : 1968Y era un film de 16mm que me dio Godard. Lo guardé en mi casa durante  40 años y un día, un tipo llamado Christian Labret se me acercó y me preguntó: “Señor, ¿hizo una buena película con JL Godard?”. Dije “Sí, hace mucho tiempo.” “¿Todavía existe?” “Sí –dije- creo que está ahí …” “¿Puedo verlo?”  Y desde ese día, esta película dio la vuelta al mundo.

Una vez, estuve en Beaubourg, en el Centro Pompidou. Organizaron un festival de cine desde los orígenes, y participé. Me pasó como a Picasso con Las señoritas de Avignon, que estuvo guardada 15 años en su estudio y ahora se considera la obra más revolucionaria del siglo XX.

Le Kosque ©Gerard Fromanger

F.L.- Su obra Le Kiosque, define a la sociedad por patrones de color. ¿Qué mensaje hay tras esa obra?

Es muy sencillo, el quiosco de periódicos ofrece muchísima información. Y nosotros, somos personas aburridas, sin importancia. Es el quiosco lo importante es la guerra, la masacre, etc. Así que yo, hice lo contrario: cada uno de nosotros somos importantes, somos información.

F.L.- Las personas son de muchos colores.

Exacto, cada una tiene su propio color, cada una tiene algo que decir, más importante que los periódicos o cualquier otra cosa.

F.L.-¿Por qué aparecen los colores en la parte de abajo de la obra?

Quería hacer eso como en los libros de geografía de la escuela. Hay diferentes cruces de colores en los mapas, y en la parte inferior está la leyenda.

Amigo de Giacometti

 

F.L.- ¿Qué significa para usted César Baldaccini, Michel Foucault y Alberto Giacometti? ¿Hay más artistas que hayan influido en su obra?

César Baldachini fue muy importante en Francia. Fue mi primer amigo en el mundo del arte. Cuando estaba aprendiendo en la Academia de diseño, dibujo… Cuando tenía 18 años. Vio lo que estaba haciendo y nos hicimos amigos. Después me prestó su estudio durante 2 años.

A Foucault lo conocí durante los eventos de Mayo del 68, donde todos estaban unidos: artistas, intelectuales, estudiantes, médicos, abogados, etc. Solía venir a mi estudio y una vez me dijo: «Quiero escribir sobre tu trabajo”, y fue a una biblioteca nacional y escribió un texto sobre mi obra.

De Giacometti me gustaron mucho sus dibujos, más que sus esculturas. Es una historia muy bonita. La primera vez que le mostré una pintura, fue en ‘Le Salon de Mai’. En ese momento eran los artistas quienes invitaban a otros artistas, y fue César quien me. Fue increíble para mí, porque en el Salon de Mai estaban artistas como Picasso.

AL. – Cómo conoció a Giacometti?

Fue allí, en el museo de arte moderno. Llegué a la vista privada y no encontraba mi obra. Así que le pregunté a la secretaria dónde estaba, y ella dijo “oh, está allí”.  Me señaló el baño…  Abrí la puerta, había 3 baños y una pared en la parte delantera… Allí estaba mi obra. Volví junto a la secretaria pensando: “¿estáis locos?”, y en ese momento me encontré a Gicometti, que volvía del baño.

Regresó y le dijo a su esposa «en el baño, hay una pintura increíble, maravillosa». Me acerqué a él y le pregunté: “¿Es usted M. Giacometti?” Él respondió: “¡Sí!” con una voz fuerte, así que dije: “Soy Gérard Fromanger, soy pintor y por primera vez tengo una pintura en el Salon de Mai. Me encantaría que la viera. ”Preguntó: “¿Está lejos?” y dije: “No, está aquí, justo detrás de la puerta.” Entonces él dijo: “Oh, ¿es tu obra? Es formidable… Venga con Annette y yo a visitar toda la exposición y nos cuenta quién le gusta, por qué…”. Y así nos hicimos amigos. Durante sus últimos dos años de vida, nos vimos mucho.

F.L.- ¿Algún artista más que le inspire?

Me encanta Picasso, y de los más recientes, Jasper Jones, Bruce Noman, Jean-Michel Basquiat (excelente artista) y muchos más que no son pintores sino directores de cine.

F.L.- ¿Cómo se le ocurrió la idea de hacer el Souffle de Mai (1968), su primer trabajo como escultor?

En una fábrica de plástico, vi esta técnica de soplado. Vi que podemos hacer, que podemos materializar nuestro golpe. Como un chicle. Y con eso podemos hacer cosas de 2 metros de diámetro. Maravilloso. Cuando lo ponemos así, manteniendo el plato alrededor, es como si el plato sufriera, tiene una vida. Invita a meter la mano, porque es como un holograma. En el interior está representado lo real, y queremos tocarlo. Representa lo que ocurrió en Mayo del 68, y también un cuerpo femenino.

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