Salvador Calvo ultima la primera película rodada en Benín


Salvador Calvo supervisa en Barcelona la postproducción de su última película, Adú, protagonizada por Luis Tosar, Anna Castillo y Nora Navas, entre otros actores. El director de Los últimos de Filipinas regresa con este film de historias entrelazadas que es además el primero no documental rodado en Benín. El país africano representa en la ficción a Camerún, donde dos niños esperan para colarse en la bodega de un avión y huir de la violencia. Su historia se cruzará con otras dos que no dejarán indiferente al espectador. Aprovechando la estancia de Salvador Calvo en el hotel Exe Laietana Palace 4* de Eurostars Hotel Company, le preguntamos por la película.

En 2016 estrenó su primer largometraje, ‘1898: Los últimos de Filipinas’. ¿Cuándo podremos ver su siguiente película, ‘Adú’?

Adú se estrenará en salas de cine el próximo 31 de enero de 2020.

¿Qué nos puede contar del argumento?

Adú narra la historia de unos niños africanos que han de huir de su poblado, en Camerún, al ser testigos de la muerte de un elefante a manos de unos furtivos. Como otros muchos, buscarán desesperadamente alcanzar Europa para salvarse.

Esta historia se entremezcla con la de dos europeos: un hombre y su hija que realizan el viaje inverso. Viajan a África con el fin de reencontrarse, de conseguir una cura espiritual y alejarse del mundo de drogas y malas compañías que rodean a la joven en España.

«La película bebe de miles de historias reales que desgraciadamente ocurren en nuestras fronteras»

Salvador Calvo

El crisol de historias se completa con el relato de los guardianes que velan por que esos mundos permanezcan separados, unos guardias civiles que en el desempeño de su función patrullan la frontera de Melilla.

Ana Wagener, actriz que participa en la película, la ha definido como “un Babel a la española”. ¿En qué sentido recuerda al filme de Iñárritu?

La estructura de tres historias que se van de algún modo conectándose puede recordarnos a  películas como la Babel de Iñárritu, las Vidas Cruzadas de Robert Altman, o Crash, de Paul Haggis. Películas en las que los personajes de tres historias diferentes irán entremezclándose confluyendo las tres historias en una ciudad fronteriza como es Melilla.

La película gira en torno al drama de la inmigración subsahariana. ¿Es un reflejo de la realidad extrema que vivimos con casos como el del Open Arms?

La película bebe de miles de historias reales que desgraciadamente ocurren en nuestras fronteras. Es una historia comprometida que no pretende dar respuestas, sino plantear preguntas.

En su carrera ha dirigido muchas series de temática social, como Alakrana o Niños robados. ¿Le apetecía trasladarla también al cine?

Creo en el cine que habla del ser humano, de sus problemas. Con Los últimos de Filipinas quise hacer un alegato contra las guerras. Creo que todas son absurdas y detrás de banderas siempre hay intereses económicos. Para mí el cine tiene que entretener pero también concienciar, es un arma poderosa. Admiro a productores como David Puttnam (La misión, Los gritos del silencio…) o guionistas como Paul Laverty, cuyas películas siempre conllevaban un debate social. Es el cine que me gusta como espectador, que me deja pensando varios días después de verlo.

Además de Ana Wagener, en la película trabajan Luis Tosar, Anna Castillo, Álvaro Cervantes, Miquel Fernández y Jesús Carroza. ¿Cuáles son los personajes principales y qué papel desempeñan?

Luis Tosar y Anna Castillo hacen de padre e hija, con un problema grave de comunicación que les hace no entenderse a pesar de lo que se quieren. Harán un viaje muy bonito en el que se descubrirán a sí mismos que están más cerca de lo que creen.

Álvaro Cervantes, Miquel Fernández y Jesús Carroza serán tres guardias civiles en apuros, al sufrir un accidente en un asalto masivo a la valla de Melilla.

¿En qué localizaciones han rodado y en qué momento está la producción?

Al ser una road movie hemos rodado en multitud de localizaciones distintas: Benín, Murcia, Madrid y Melilla. Actualmente estamos con las mezclas de sonido de la película, parte final del proceso.

En el equipo de rodaje participaron también profesionales de la industria del cine nigeriano, Nollywood. ¿Cómo fue la colaboración?

Al rodar un mes en Benín, requeríamos de equipo local y material técnico (focos, grupo electrógeno, camiones, etc). Allí no existía, puesto que ésta ha sido la primera película no documental rodada allí. Tuvimos que obtenerlo de la vecina Nigeria, donde se encuentra una de las industrias del cine más potentes del mundo: Nollywood. La experiencia fue muy buena pero no exenta de pequeños problemas de adaptación, ya que las formas de trabajar son muy diferentes.

Salvador Calvo
Salvador Calvo en el Exe Laietana Palace 4* de Barcelona