Susana Fortes: «El lector aspira a habitar un mundo»


El jueves 19 de abril a las 19.30h, la escritora Susana Fortes presentará su libro Septiembre puede esperar en el hotel Eurostars Rey Don Jaime 4* de Valencia. La décimo quinta edición de las catas literarias Wine & Books de Eurostars Hotels girará en torno a esta trama de misterio y espionaje.

El 8 de mayo de 1955 la escritora Emily J. Parker desaparece en Londres mientras la ciudad celebra el décimo aniversario del final de la II Guerra Mundial. Ese es el detonante de esta novela en la que Rebeca, una estudiante española de filología, se traslada a Londres para preparar su tesis doctoral sobre la misteriosa escritora. Durante la investigación, la infancia y la vida familiar de Rebeca se van trenzando con el pasado de Emily durante la posguerra, en un entramado de espionaje y relaciones sentimentales que forman un extraño puzle.

Susana Fortes es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Santiago de Compostela y en Historia de América por la Universidad de Barcelona. Con su primera novela, Querido Corto Maltés, ganó en 1994 el Premio Nuevos Narradores. En 2001 fue finalista del Premio Primavera, convocado por la editorial Espasa, con la novela Fronteras de arena.

Además ha publicado Las cenizas de la Bounty (Espasa 1998); Tiernos y traidores (Seix Barral 1999), y el cuaderno de cine Adiós, muñeca (Espasa, 2002). En 2003 fue finalista del Premio Planeta con El amante albanés,  tras el que publicó El azar de Laura Ulloa (Planeta, 2006), que recibió el Premio de la Crítica en la categoría de narrativa otorgado por la Asociación de escritores y críticos de la Comunidad Valenciana, y Quatttrocento, que se ha convertido en un fenómeno de ventas internacional. Su penúltima novela, Esperando a Robert Capa, ha recibido el Premio de la Crítica Literaria Valenciana 2010.

Susana Fortes reside en Valencia, donde imparte clases en un instituto, y colabora habitualmente en el diario El País, así como en revistas de cine y literatura. A continuación os presentamos la entrevista que hemos realizado con ella, en la que comenta la novela Septiembre puede esperar.

 Susana Fortes

¿Por qué se interesó en escribir una historia sobre la desaparición de un personaje misterioso?

Detrás de cada novela siempre hay algo que nos preocupa a veces de una forma inconsciente. Aunque normalmente ningún escritor sabe qué es esa cosa hasta que acaba  de escribir la historia. Hay un libro delicioso de Steffan Bolmann, titulado Las mujeres que escriben también son peligrosas. Supongo que esa idea sobrevolaba mi cabeza mientras escribía.  ¿Por qué una mujer que escribe, una escritora, puede representar una amenaza para alguien? ¿Para quién?  Y ¿Por qué?”.

Por otra parte las desapariciones siempre han ejercido sobre mí una fascinación muy especial.  Cuando se produce un asesinato, hay un rastro, una escena del crimen, algo por dónde tirar del hilo. Sin embargo, cuando una persona desparece es como si se la tragara un agujero. La protagonista de la novela, Emily J. Parker, fue vista por última vez a las doce del mediodía en el cruce de Charing Cross con Trafalgar Square. Nadie volvió a saber nada de ella. Nunca encontraron su cuerpo. Y claro… una siente la necesidad imperiosa de saber.

«Londres es un bicho rugiente, endiablado y fabuloso»

En la novela dice que Emily J. Parker fue la mejor escritora de su tiempo y que habría sido una seria candidata al Nobel. Para usted, ¿qué autora real encajaría en esa descripción?

Bueno hay algunas escritoras reales con biografías muy complicadas, cuya vida ha estado siempre envuelta en el misterio,  por ejemplo Jane Rhys, una escritora de las Antillas británicas que llega a Londres de adolescente  y lleva todas las de perder, como las heroínas de sus novelas. Una vida rota y desesperada. Trabajó como corista, haciendo de extra, siempre al borde del abismo, justa de dinero, en pensiones de mala muerte,  hasta que una de sus novelas, Ancho Mar de los Sargazos  la rescata del olvido. O la propia Harper Lee, amiga de Truman Capote, que escribió un solo libro en toda su vida, Matar a un ruiseñor, pero tan extraordinario, que después decide callarse para siempre. ¿Por qué? Nadie lo sabe.

Además de escritora, Emily J. Parker fue espía durante la II Guerra Mundial. ¿Cómo debió ser la vida de una mujer en Bletchley Park?

Blechtley Park era el corazón de la inteligencia británica. Todo el mundo conoce a Alan Turing, el genio de las matemáticas que reventó la máquina enigma de los nazis. Años después Turing fue perseguido por homosexual y murió al dar un mordisco a una manzana envenenada con cianuro, al mejor estilo de la guerra fría. Luego Apple convertirá esa manzana mordida en su icono. Pero además de Turing en Blechtley Park trabajaban unas 10.000 personas. De ellas, 7.500 eran mujeres, casi todas bastante jóvenes: estudiantes, doctoras en Física, historiadoras, secretarias, ajedrecistas, traductoras, poetas, egiptólogas, chicas listas que vestían faldas de tweed, zapatos de tacón y las cazaban al vuelo.

«Además de Turing, en Blechtley Park trabajaban unas 10.000 personas. De ellas, 7.500 eran mujeres»

¿Por qué históricamente los escritores y los científicos han sido blanco del espionaje?

Las palabras y los números son símbolos. Con ellos se puede conquistar el mundo. Hubo una época lejana en que las guerras se decidían en el campo de batalla. Hoy la clave está en los algoritmos. El espionaje industrial, científico e informático está al orden del día. Aunque, sin embargo, los métodos parecen no haber cambiado mucho, como demuestra el reciente envenenamiento de un ex espía soviético en Londres.

El libro viene acompañado de una fotografía del metro de Londres en la que se ve un grupo de personas cobijándose de los bombardeos. ¿Cómo describiría esa resistencia que tuvo como lema «Business as usual»?

He intentado describirlo en el libro con muchas imágenes que recorren toda la novela. Hay que tener en cuenta que toda Europa estaba ocupada por los nazis y hubo un momento en que sólo una isla le plantó cara al dragón. Estaban solos y pintaban bastos. No fue sólo una decisión política o militar. Fue el espíritu de la gente. Como cuando  salen todos esos  barquitos de pesca que parecen cáscaras de nuez a cruzar el Canal y logran sacar a sus chicos de la ratonera de Dunquerque.

¿Qué cosas destacaría de la capital británica y su gente?

Ninguna ciudad del mundo es como Londres. Londres es un bicho rugiente, endiablado y fabuloso. Probablemente una podría vivir perfectamente sin fisgonear en las librerías de viejo de Charing Cross, sin sentarse a leer un libro en las escaleras de la catedral de San Pablo, sin  tumbarse a la bartola  en la hierba de Hyde Park o sin ver entrar los barcos al atardecer por el Támesis. Supongo que se podría ser feliz sin hacer todas esas cosas. Pero no sería lo mismo.

«El lector no aspira a convertirse en una rata de archivo, sino a habitar un mundo»

Como profesora de un Máster de Escritura Creativa en Valencia, ¿qué consejo le daría a un escritor que quiere crear su primera novela histórica?

Mi primer consejo es que se documente a fondo, sin escatimar esfuerzos ni tiempo, hasta el más mínimo detalle. El segundo es que, a continuación, lo olvide todo y empiece a construir su mundo sin andamios. Nada mata más una novela que el exceso de erudición. Si un escritor carga todo el peso de la información sobre los hombros del lector, está acabado. El lector no aspira a convertirse en una rata de archivo, sino a habitar un mundo.

Por: Elena Jorreto

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