Joaquín Sabina reaparece con ‘Vinagre y Rosas’
Vinagre y rosas. Así de agridulce llega la nueva entrega musical del gran poeta contemporáneo al amor. Así de agridulce llega el cantautor más aclamado, más esperado, más coreado de la Piel de Toro. Porque el vinagre siempre tiene ese punto de acidez y regusto dulzón. Y las rosas, ya se sabe, te embelesan, te envuelven con su aroma y… te pueden pinchar.
Los corrillos del ciberespacio y de los bajos fondos madrileños dicen que el nuevo disco de Joaquín Sabina ya ha salido del horno. Cosas que se dicen: que la Bahía de Cádiz ha sido el escenario de su inspiración para este nuevo álbum («Me gusta la bahía de Cádiz, acompañado de finito y pescaíto frito, para terminar mis canciones»); que los nuevos temas contienen temas que serán tan coreados en los estadios como «Nos dieron las diez», «la Magdalena» o «Quién me ha robado el mes de abril»; que son un total de trece canciones que «desprenden un dolor que gusta»; que el disco (en versión CD o en versión CD más libro) saldrá a la venta en noviembre de 2009; y que distintas ciudades de México y España acogerán los conciertos de una gira de presentación del disco que deberá terminar en íšbeda, la ciudad natal del propio artista.
De momento, aparte de estos detallitos, conocemos también algunas estrofas de uno de los temas, Tiramisú de Limón, dedicada a su amigo íngel González:
González era un ángel menos dos alas
Gonzalez era un santo por lo civil
un dandy con un ojo a la funerala
tan rojo, tan castizo y tan zascandil.
Cuando volvía del extranjero,
tan forastero a las dos no era de día
a las seis ya era de noche
pídame un coche fumando espero
y le aplaudían los camareros.
Como ven, puro Sabina.