Las múltiples caras de las tensiones del alma
Franz Xaver Messerschmidt (1736 – 1783) está considerado uno de los escultores más innovadores de su época. Con sus bustos gesticulantes, este alemán revolucionó las normas artístisticas del Siglo de las Luces y abrió una ventana hacia una nueva forma de entender el arte y expresar a través de la escultura. Su estilo no fue entendido por buena parte de la sociedad artística, lo que le llevó a recluirse en Bratislava, ciudad en la que moriría.
Allí confeccionó su colección más famosa: 69 bustos que representaban 64 expresiones faciales exageradas, 64 variedades de muecas que el autor había identificado como posibles. El museo del Louvre de París exhibe hasta el próximo 25 de abril una veintena de estos bustos, que muestran la evolución del estilo de Messerschmidt y caracterizan su estética.
Con su obra el artista pretende describir las múltiples caras de las tensiones del alma, a través de unos rostros que exaltan los gestos y las facciones. Su técnica, muy influenciada por los estudios sobre el cuerpo humano y la expresión de las emociones, es una apasionante ilustración de la efervescencia intelectual y artística del siglo XVIII.