Lisboa entra en la élite contemporánea con la Coleçao Berardo
Cuando en el verano de 2007 abrió sus puertas al público el flamante Museu Colecí§ao Berardo, el presidente portugués, José Sócrates, dijo que la ruta europea del arte contemporáneo ya no termina en Madrid, termina en Lisboa. La metáfora era oportuna, no sólo porque la Colección Berardo se compone de más de un millar de obras de alto nivel valoradas en 316 millones de euros, sino porque los primeros meses de apertura han mostrado el éxito del nuevo museo.
El camino hasta la apertura de las puertas fue duro y tortuoso. Más de diez años de negociaciones, amagos y faroles entre el gobierno portugués y el empresario y coleccionista Joe Berardo. Nacido en Madeira en 1944, Berardo es uno de los empresarios más poderosos del país vecino. A inicios de los 90 se lanzó a la adquisición de obras de arte con tal entrega que en brevísimo espacio de tiempo la Colección Berardo pasó a ser la mayor colección privada de Portugal y la única que representa los principales movimientos y tendencias que surgieron en Europa y Estados Unidos en el siglo XX. Berardo amagó en cierto momento con llevarse su colección a Francia, pero finalmente se alcanzó el acuerdo y nació el Museu Colecí§ao Berardo, con sede en el Centro Cultural Belém.
La apertura de la Colección Berardo, quizá la mayor colección privada de arte contemporáneo en la Península Ibérica, consolida Lisboa como una de las grandes capitales del turismo cultural en Europa. Algunos expertos dicen que el nuevo centro cultural lisboeta puede rivalizar con la Tate de Londres, el Centro Pompidou de París o el Reina Sofía de Madrid.
En total, son 9.000 metros cuadrados dedicados a Picasso, Dalí, Bacon, Warhol, Miró, Magritte y hasta un total de 400 artistas.