Ourense, el spa gallego
Hace 2.000 años los romanos llegaron a una ciudad rica en oro y aguas termales. La llamaron Aquis Auriense y disfrutaron de sus manantiales, que no han dejado de emanar salud y placer. Les invitamos a sumergirse en ellos para olvidar la rutina.
Más de cuatro millones de litros de agua convierten a Ourense en el spa gallego por excelencia. Sus céntricos manantiales se conocen como Burgas, en alusión a los baños utilizados por los romanos. Son tres: La más antigua es la Burga de Arriba, del siglo XVII. La Burga do Medio es de estilo moderno, y la Burga de Abaixo, del siglo XIX, neoclásica.
Declarados Conjunto Histórico Artístico en el año 1975, estos manantiales surgen de las profundidades de la tierra a 67 º C y su contenido en bicarbonato sódico beneficia a los pacientes de reumatismo y dermatitis. La hidroterapia, una tradición estrechamente vinculada a la historia de la ciudad, hace de esta piscina un lugar idóneo para tratar esas dolencias.
Los alrededores de As Burgas se convirtieron en la primera zona verde importante del casco histórico, con un jardín que acoge el Centro de Interpretación Arqueológica y un museo donde se exhiben huellas de la historia de la ciudad.
Reposo monacal
La fuente neoclásica de tres tubos que preside As Burgas convive con las Pozas A Chavasqueira, tres piscinas a orillas del Miño con temperaturas de 38 °C a 41 °C, sauna y terraza.
El agua de las Pozas Outariz mana a 60 °C en dos puntos diferentes, y en uno de ellos se la ve salir directamente de la roca. Consta de cinco círculos empedrados pensados para sumergirse sentado con las piernas estiradas. Las pozas son gratuitas y se puede llegar a ellas en un tren turístico que recorre la capital. Pero si disponen de coche, ningún sitio mejor para terminar esta relajante escapada que el Hotel Monumento Monasterio de San Clodio.