Roma celebra los cien años del futurismo
«Queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad.» Así rezaba el primer punto del manifiesto futurista. Lo escribió Tommasso Marinetti, y el diario francés Le Figaró lo publicó en su edición del 20 de febrero de 1909. Se cumplen ahora cien años, y para celebrar la efeméride, Roma ha organizado una gran exposición retrospectiva del gran ismo del volante, de la velocidad, de la máquina, del militarismo.
Bajo el título Futurismo Avanguardia, le Scuderie (las cuadras) del Quirinale reúne cientos de piezas futuristas, entre las que destacan obras como «La mujer del sillón» de Pablo Picasso, «La risa» de Boccioni o «La estación de Milán» de Carlo Carrí . Para la exposición, han viajado muchas obras procedentes de la Tate Gallery o del Centre George Pompidou, entre otros.
El movimiento futurista supuso un quebrantamiento absoluto con las normas imperantes, especialmente en Italia, y dio vida a una corriente totalmente innovadora, a menudo criticada desde distintos puntos de vista. La exposición estará abierta hasta el 24 de mayo.
Nos despedimos con un fragmento del último punto del manifiesto futurista: «Nosotros cantaremos a las locomotoras de pecho amplio, que patalean sobre los rieles, como enormes caballos de acero embridados con tubos, y al vuelo resbaloso de los aeroplanos, cuya hélice flamea al viento como una bandera y parece aplaudir sobre una masa entusiasta. Es desde Italia que lanzamos al mundo este nuestro manifiesto de violencia arrolladora e incendiaria con el cual fundamos hoy el futurismo».