Viaje a las profundidades de Budapest
Budapest atrae a más de 4 millones de turistas al año. La mayoría visitan el Parlamento, la Plaza de los Héroes y otros enclaves representativos. Pero cada vez son más los que apuestan por un turismo más aventurero, el que les ofrece la colina de Buda con el mayor sistema mundial de cuevas de aguas termales. De las más de 160 que hay se pueden visitar 4 alojándose en el Eurostars Budapest Center.
Cuenta la leyenda que la cueva de Pálví¶lgy fue descubierta en 1904, cuando el suelo se rompió bajo una oveja que pastaba junto a una mina. Al acudir a rescatar al animal, un minero descubrió la profundidad de la brecha. Hoy, sus 19 km de longitud la convierten en la segunda gruta más grande de Hungría. Se puede llegar a ella en autobús desde el centro de la ciudad, y las excursiones recorren 500 metros bajo estalactitas intactas. Eso sí, sorteando fósiles de caracoles. Los más aventureros pueden caminar durante 3 horas desde la cercana Mátyáshegy a Pálví¶lgy.
Personajes de cuento
Por debajo del Barrio del Palacio Real hay un sistema de grutas de 10 kilómetros de longitud. Hace medio millón de años la Gruta del Palacio Real era el refugio y campo de caza del hombre primitivo. Más tarde los turcos conectaron las cavidades con los sótanos de las casas del Barrio del Palacio Real para defenderse de sus enemigos. Los turistas pueden visitar 4 km2 de este laberinto subterráneo.
En el monte Gellért, a 25 metros sobre el Danubio, la Capilla en la Roca se inspira en la Gruta de Lourdes. Pueden visitarla, pero si viajan con niños sin duda deben ir a la Cueva de Szemlohegy, que rebosa formas de animales y tiene una sala de Blancanieves y los siete enanitos. Además, durante los 300 metros visitables se respira un aire tan puro como el de la montaña.