Berlí­n desempolva el pasado impresionista de Mondrian


Piet MondrianSi algún artista ha llevado la simplicidad a lí­mites estéticos, ese es Piet Mondrian. El pintor holandés nacido en 1872 es conocido por sus retí­culas de colores brillantes, que llegaron a inspirar una colección del diseñador Yves Saint Laurent. Pero para forjar un estilo tan personal este pintor experimentó durante años con el impresionismo. El museo Martin-Gropius-Bau de Berlí­n le dedica la retrospectiva Piet Mondrian: The line, con 50 obras de esa etapa que se podrán visitar hasta el 6 de diciembre.

En su juventud, Mondrian fue maestro de primaria, y mientras enseñaba a sus alumnos pintaba escenas pastorales tí­picas de Holanda. Eran lienzos impresionistas dominados por tonos malva, gris y verde oscuro. Pero pronto sintió la necesidad de trascender la naturaleza, y comenzó a pintar manchas de tinta a modo de árboles oscuros.

Zeelí¤ndischer Kirchturm, 1911Poco a poco el artista fue dejando atrás la escuela impresionista de  maestros como Paul Cézanne para exhibir obras como Avond («Tarde») (1908), en la que pone especial énfasis en los colores primarios. Esa serí­a la tónica de su obra futura, que evolucionarí­a hacia  un nuevo concepto: el cubismo.

Mondrian pensaba que el arte no debí­a implicarse en la reproducción de imágenes de objetos reales, sino expresar el universo que se oculta tras la realidad. En 1917 junto con su compatriota Theo van Doesburg fundó la revista De Stijl, en la que Mondrian desarrolló la teorí­a del neoplasticismo.

«Sólo cuando estemos en lo real absoluto el arte no será ya más necesario», decí­a el artista, que perseguí­a la abstracción geométrica y llegó a prohibir el color verde en su casa. Para él, un lienzo sólo debe contener elementos planos. De ahí­ que eliminase cualquier lí­nea curva, dando lugar a obras únicas como Composición en rojo, amarillo y azul (1921, Gemeentemuseum).