Lola García Garrido: «Muchos nos sentiríamos identificados con algunos de estos animales»
¿Y si alguien una noche rompiera los candados de un zoológico y abriera las puertas? La respuesta está en el Hotel Eurostars Central 4* de Madrid, que desde el jueves 24 de noviembre acoge los retratos de animales de Lola García Garrido. La fotógrafa argentina presenta Hábitat, una serie de fotomontajes en los que la fauna salvaje convive con la arquitectura humana.
Con motivo de esta inauguración hablamos con Lola García Garrido, la artista que ha recorrido Latinoamérica y España con su obra; la creadora de un sistema alternativo al mercado galerístico; la retratista de cantantes de éxito como Xoel López o Iván Ferreiro. En esta conversación aparecen muchas Lolas, pero todas se funden en una.
¿Cómo surgió tu relación con la fotografía?
Si tuviera que elegir un momento, sería el de unas vacaciones con mi madre y mi hermano a Bariloche, en la Patagonia argentina. Yo tenía 15 años y llevábamos nuestra cámara póquet familiar de los 90s. Estábamos en un muelle y había colgado un salvavidas. Le pedí a mi hermano que metiera la cabeza y le saqué una foto encuadrando desde el principio del salvavidas con el fondo del lago. No fue mi primera foto, pero sí mi primera decisión fotográfica, y automáticamente se abrió un mundo gigante. Ese mismo año decidí hacer un curso de fotografía, así que salía del colegio y me iba al Fotoclub Buenos Aires.
¿En qué consistían tus primeros retoques?
Mis primeros retoques fueron trabajando a los 18 años en un estudio de fotografía. Mi jefe y maestro me pedía que hiciera retoques. La mayoría era borrar cosas, es decir clonar, porque en fotografía no se puede borrar. O si se trataba de gente quitar ojeras, kilitos, etc. Una vez que entendí la técnica, me di cuenta de que la podía aplicar con objetivos artísticos y esa fue la apertura a un segundo mundo gigante.
¿Cómo evolucionó tu técnica con la llegada de la imagen digital?
Me pasó que la transición me pilló trabajando. En este mismo estudio, al principio sacábamos en analógico, escaneábamos los negativos y los retocábamos en color. La llegada de la imagen digital facilitó este proceso. A mí me vino muy bien, yo era muy joven y no disponía de recursos económicos para hacer producciones reales, entonces lo digital me permitió hacer muchas cosas, por ejemplo mi primera muestra a los 20 años.
¿Cuál es la temática general de tu obra?
Me cuesta encontrar un hilo conductor. Lo que sí veo es que no busco solo la estética sino que casi siempre hay una idea detrás. Estoy muy alejada de lo abstracto. Soy autobiográfica, a veces apareciendo yo y otras no, pero siempre estoy hablando de mi momento o circunstancia sociopolítica.
Soy autobiográfica, a veces apareciendo yo y otras no, pero siempre estoy hablando de mi circunstancia sociopolítica
¿Qué tipo de escenas te gusta retratar y cómo es el proceso?
Va por épocas, hay veces que me despierto o se me ocurre un fotomontaje, entonces salgo a buscar la «materia prima» para realizarlo en el sentido literal. A la materia prima, que sería la fotografía de los elementos que integraran el fotomontaje, a veces la salgo a buscar a la calle y otras la saco en mi estudio. Hay veces sin embargo, que una fotografía que saqué sin pensar me dispara una idea para el fotomontaje. Lo que sí me gusta es trabajar en serie.
¿Podrías describirnos las fotografías que forman parte de esta exposición?
Son fotomontajes de animales en ambientes humanos artificiales, más precisamente en una casa. Juego con la definición de la palabra «hábitat» como espacio que reúne las condiciones adecuadas para que una especie pueda residir y reproducirse; y la imagen de animales puestos en lugares que claramente no le corresponden. Quizás esté poniendo en evidencia lo que hay de humano en lo animal –y viceversa. Creo que muchos nos sentiríamos identificados con algunos de estos animales.
¿Qué reacciones te gustaría que despierte la serie en el espectador?
Lo que más me gusta es perder el control de las reacciones e interpretaciones de los espectadores. Mi objetivo es comunicarme, lo que me gustaría es que genere reacciones, no sé de qué tipo, pero que genere reacciones.
¿Dónde están los límites del retoque fotográfico?
En lo artístico creo que no deben existir límites siempre que esté al servicio de la idea del artista. El límite para mí está en el momento en que un retoque fotográfico se use para manipular a la gente.
Háblanos de tu proyecto Dealers. ¿En qué consiste?
Dealers surgió hace mucho tiempo durante una de las crisis argentinas luego del 2001. Esa crisis en Argentina descubrió muchas cosas, entre ellas, que el dinero es un chiste. Hubo más de 5 monedas diferentes en el país y era ver papelitos impresos y hacernos creer a nosotros mismos que eso tenía valor. Entonces surgieron muchos clubes de trueque, y se me ocurrió la idea de hacer trueque entre artistas:
«Yo te doy mi danza, vos dame tu música» por ejemplo. Hice una primera edición en 2007 con 7 artistas. Yo les hice un retrato y ellos me hacían una obra a mí, y esa era la exposición. En 2009 hice otra edición con 40 artistas y los invité a hacer trueque entre ellos. En la exposición de los resultados de los truques (deals) se vio de todo: danza, música, foto, pintura, escultura, vídeo… y la moneda fue el arte. Una pequeña utopía que duró unas horas.
Me gusta que la gente se «tropiece» con la exposición, por eso exponer en un hotel puede ser muy enriquecedor
Realizas videoarte, dibujas, cantas, diseñas… ¿Hacia dónde te gustaría que se dirija tu carrera artística?
Es una pregunta que me hago todo el tiempo y me cuesta responder. Creo que el arte es uno solo y las división en disciplinas son inventos para ordenar. Creo que si uno tiene una idea y resulta que es mejor en vídeo… pues habrá que hacer un vídeo. Y también que cada disciplina me va inspirando a otra. La fotografía y el fotomontaje es lo que más tiempo llevo haciendo y ahora es a lo que más energía le estoy dedicado.
Eres la primera artista que realiza una muestra individual en el Hotel Eurostars Central 4*. ¿Qué te parece como espacio expositivo?
Siempre me entusiasma exponer en lugares que no son puramente lugares de exposiciones. Si bien es lindo que la gente vaya especialmente a ver una exposición, también me gusta que se «tropiece» con ella, que no se lo espere, por eso me parece que exponer en un hotel puede ser muy enriquecedor. Me imagino como huésped bajar y ver una exposición, y que me haga pensar en algo o que simplemente me guste, o que no pero, como dijimos antes, que me genere una reacción.