Robert Capa sube a Montjuí¯c
«Si tus fotos no son suficientemente buenas es porque no estás suficientemente cerca». Es una máxima del fotoperiodismo que se atribuye a Robert Capa. Y, desde luego, visitando la exposición que el MNAC de Barcelona alberga este verano, uno tiene la certeza, de un lado, de asistir a una magistral lección de fotografía a lo largo de cientos de sucesos históricos, y, de otro lado, que el genial fotógrafo húngaro estaba siempre suficientemente cerca.
De hecho, lo que el MNAC alberga este verano no es una exposición sobre Capa, sino dos exposiciones siamesas de gran calidad fotográfica: una que, bajo el título ¡Esto es la guerra!, se centra en la figura y el trabajo fotográfico de Robert Capa, y otra que se centra en la fotógrafa Gerda Taro, compañera sentimental de Capa y autora, hasta su muerte en Brunete, de muchas de las instantáneas atribuidas a su novio.
La exposición ¡Esto es la guerra! ofrece una mirada profunda y en detenimiento de una serie de capítulos de la Guerra Civil española (en especial la batalla del Segre, el frente de Madrid y refugiados en Barcelona) y de la Segunda Guerra Mundial (con imágenes del desembarco aliado el Día D, la liberación de Leipzig o la guerra chino-japonesa).
Posiblemente, para el gran público el descubrimiento de esta exposición es la figura de la fotógrafa alemana Gerda Taro. De hecho, Robert Capa fue en realidad dos personas. En 1936, en París, el húngaro Endro Friedman y la alemana Gerda Taro inventaron la figura de un fotógrafo norteamericano llamado Robert Capa. La invención era simple: con identidad norteamericana era mucho más fácil vender sus fotos e incluso triplicar su precio a las revistas. Las fotos que Capa publicó sobre la Guerra civil española fueron obra, en realidad, tanto de Friedman como de su novia Taro. Al parecer, incluso la famosa instantánea de la muerte de un miliciano en el Cerro Muriano de Córdoba habría sido tomada por Taro.
Ambas exposiciones, organizadas por el International Center of Photography (ICP) de Nueva York, pueden verse en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, en el Palacio de Montjuí¯c, del 7 de julio al 27 de septiembre de 2009.