Entrevista con la artista Eva Grande en el Eurostars Zarzuela Park
Eva Grande llega al Hotel Eurostars Zarzuela Park adornada con un pañuelo naranja. La seda lleva su firma, y es uno de sus materiales preferidos para pintar. Los demás adornan las paredes del hotel, cubiertas de polvo de mármol y tierras naturales que dan relieve a «Un alto en el camino», la exposición que acoge el Zarzuela Park hasta el 13 de julio.
Entre la recepción y el restaurante, la muestra ofrece una selección de los últimos trabajos de la artista cacereña afincada en Toledo. Lienzos coloristas y cajas de vino ornamentadas que invitan al viajero a tomarse un respiro.
«Quiero que la gente se apasione con mi obra como yo cuando trabajo en ella», dice Eva Grande, que busca en Eurostars gente de paso, «muy distinta a la que va a una ciudad a ver una exposición». Ella, que ha trabajado en Dinamarca, Holanda y EE.UU., sabe encontrar públicos alternativos.
Lo demostró en la exposición que hizo en el Museo Tiflológico de la ONCE en 1990. Una muestra que logró que «personas que nunca habían visto un color podían hablar de las obras tocándolas». Desde entonces siempre invita a las los invidentes a palpar sus obras, una práctica pionera en Europa.
Viendo cuadros como «Azul», no es de extrañar que en sus comienzos el realismo la aburriera «bastante». Aunque confiesa que siempre le han gustado los impresionistas, llegó al expresionismo «porque no concebía la superficie lisa». Justo a tiempo para asistir a una exposición de Miquel Barceló y verse reflejada.