Inés Martín Rodrigo: “La amistad es la forma más bonita que tiene el querer”

La escritora y periodista Inés Martín Rodrigo presentó en nuestra cata literaria Wine & Books del hotel Áurea Convento Capuchinos de Segovia su novela Las formas del querer (Destino), Premio Nadal 2022. Lo hizo el pasado 16 de marzo, acompañada por Laura Revuelta Sanjurjo, Jefa de Redacción de ABC Cultural.

Las formas del querer es una novela honesta y sincera que incide en la fuerza sanadora de la escritura. Inés Martín Rodrigo se sirve de la ficción para moldear sus recuerdos hasta dar forma a la historia de Noray; una joven que, a través de la escritura, lidia con sus peores fantasmas para tratar de descubrir quién es. 

Inés Martín Rodrigo está considerada como una de las periodistas culturales de referencia en España. Es autora de la ficción biográfica Azules son las horas (2016), la antología de entrevistas a escritoras Una habitación compartida (2020) y el cuento infantil Giselle (2020), basado en el ballet del mismo nombre. Ha prologado obras de autores como David Foster Wallace, Virginia Woolf o Carmen Laforet.

A continuación compartimos la entrevista que le realizamos a la autora tras la presentación de Las formas del querer.

P. ¿Cuántas formas tiene el querer?

Muchas, tantas como personas, y no sólo. En la novela se refleja el amor romántico, el fraternal, el de la amistad, el de padres e hijos, pero también el amor hacia la literatura, hacia las raíces, hacia la tierra, hacia los orígenes… Hay infinitas formas del querer.

P. La abuela de Noray le confiesa que «la amistad verdadera, esa que se encuentra  una vez en la vida, es más importante que el amor romántico». ¿Es la mejor forma del querer?

Sin duda, en mi opinión, la amistad es la forma más bonita que tiene el querer. No está presa de las ataduras del amor romántico, es mucho más libre.

«Vivo porque leo y escribo, y escribo y leo porque vivo»

Inés Martín Rodrigo

P. La literatura es otra gran compañera, en su caso por partida doble, como lectora y escritora. ¿Cómo describiría su relación con ella, qué le ha aportado en cada faceta?

La literatura siempre ha sido mi mejor y mayor refugio, primero como lectora y, después, como escritora. Es ese mundo en el que todo es posible, que habitamos para poder seguir viviendo en la realidad, para hacerla algo más llevadera. Mi relación con ella es existencial: vivo porque leo y escribo, y escribo y leo porque vivo.

P. ¿Cómo se ha ido fraguando esta novela en su mente, y cuándo sintió que era el momento de escribirla? El proceso duró tres años y convivió con la pandemia. ¿Qué influencia tuvo esa época convulsa en Inés y en Noray?

Influyó mucho. De hecho, fue el catalizador absoluto. Yo empecé a escribir la novela en marzo de 2019, pero la irrupción de la pandemia cambió su escritura y la transformó por completo. Necesité echar la vista atrás y tirar de mi memoria, probablemente porque sentí una sensación de inseguridad tan absoluta que me agarré a lo que sabía que no me iba a fallar: mis recuerdos, mis orígenes y mi memoria familiar. Todo eso se filtró en el libro, que es como es porque está escrito en ese momento.

Teniendo en cuenta que, como apuntó en su cata literaria Wine & Books con Laura Revuelta, “la ficción y la realidad están mezcladas en la literatura”, y que ni siquiera la memoria es fiel a la realidad; ¿le molesta que le pregunten a menudo cuánto hay de su biografía en el libro?

Nunca me molestará nada de lo que me pregunten. Dicho esto, cada vez que escribo lo estoy haciendo sobre mí, incluso cuando los personajes que aparecen en mis novelas no tienen, aparentemente, nada que ver conmigo. Pero es cierto que Noray, la protagonista de ‘Las formas del querer’, se parece más a mí… o no.

Creo que la literatura es un juego de espejos entre la realidad que habita el escritor y la ficción que inventa. Y en esta novela he llevado ese juego todo lo lejos que he podido. La historia que Noray (la protagonista) narra en la novela que hay dentro de la novela tiene mucho que ver con mi propia historia y mi pasado familiar, pero también con la de otras muchas familias españolas de los últimos 80 años. Al final, he tratado de partir de lo personal para intentar convertirlo en algo más o menos universal, que es lo que trata de hacer siempre la literatura.

P. Las formas del querer es un homenaje a la memoria colectiva, familiar y personal. ¿Qué importancia le da a conocernos y reconciliarnos con nuestro pasado?

La memoria es, además, una herramienta literaria bastante peculiar, porque ¿recordamos lo que realmente sucedió o lo que queremos/creemos recordar? Nada hay más arbitrario, ni fragmentario, que la memoria y, por tanto, en ese maravilloso juego (volvemos a ‘jugar’) de espejos entre realidad y ficción que es la literatura es un instrumento tremendamente útil, y divertido, también. Dicho esto, cada uno ha de mirarse en el espejo de su propio pasado y ver qué reflejo obtiene. Conviene no ponerse de perfil, ni ignorarlo, porque sólo conociendo nuestro pasado podemos construir el presente y soñar con un futuro mejor, más esperanzador.

P. ¿Es más fácil querer a los demás o a uno mismo?

Quererse bien a uno mismo es lo más difícil. Cuesta mucho, pero una vez que aprendes eres, además, capaz de querer a los demás más y mejor.

«He tratado de partir de lo personal para intentar convertirlo en algo más o menos universal»

Inés Martín Rodrigo

P. «Lo que no se nombra no existe», es su premisa, y en la charla advirtió de que «cuidemos el lenguaje para poder cuidarnos”. En este libro deletrea y contextualiza palabras tabúes como “depresión”, “anorexia”, “trastorno mental” o “suicidio». ¿Cuánto tiempo cree que tardará la sociedad en normalizarlas, romper los estigmas de la salud mental y asumir que, además de ser tan importante como la física, no hay nadie inmune a enfermar?

No nos damos cuenta de que hay que cuidar la salud mental tanto o más que la salud física. Quería que esto estuviera en la trama porque para mí era importante plantear ese debate. La literatura es una herramienta muy válida para tratar temas que de otra manera no nos atrevemos a plantear. El tema de la salud mental aún lo tenemos pendiente de abordar como sociedad. Se han roto algunos tabúes, pero el estigma sigue ahí. No hablamos con normalidad de la depresión, la ansiedad, el suicidio o la anorexia. El hecho de acudir a un psicólogo debería ser igual de natural que ir a un dentista.

«Sólo conociendo nuestro pasado podemos construir el presente y soñar con un futuro mejor»

Inés Martín Rodrigo

P. ¿Cómo se siente después de expresar a través de la ficción el sufrimiento que vivió cuando padeció depresión y anorexia, hacerlo con un realismo tan valiente y además recibir un reconocimiento como el Premio Nadal?

Honrada, afortunada y orgullosa.

P. En la charla dijo que le interesan “las personas que se quedaron en los márgenes, fuera de la historia”. Un buen ejemplo es el del personaje de Trini, que amaba abiertamente a una mujer pese a la represión franquista. ¿Llegará a ver nuestra generación a todas las formas de amar libres de prejuicios?

Ojalá… Lo cierto es que estoy convencida de que toda la genealogía de mujeres que nos preceden fueron mucho más valientes que nosotras, y con demasiada frecuencia las ignoramos o menospreciamos. Les debemos mucho, todo, en realidad.

P. ¿Qué le ha parecido el proyecto Wine & Books tras su cata literaria en el hotel Áurea Convento Capuchinos 5* de Segovia?

Es una iniciativa fantástica.

P. Allí nos mencionó algunos de los proyectos en los que está trabajando, como el suplemento literario Abril ¿Nos lo presenta?

‘Abril’ es el suplemento literario del grupo Prensa Ibérica. Dieciséis páginas semanales sólo dedicadas a los libros, que se publican semanalmente en papel con ‘El periódico de España’, ‘El periódico de Cataluña’ y el ‘Diario de Mallorca’ y en todas las páginas web de los diarios del grupo (350.000 lectores potenciales). Un lujo de proyecto, que sigue creciendo.

Cata literaria Wine & Books con Inés Martín Rodrigo en el Áurea Convento Capuchinos. (Gran Angular Fotografos).

Por: Elena Jorreto.