Palencia, la Semana Santa tranquila
Alejada de las cámaras y el bullicio, Palencia propone una Semana Santa tranquila, donde combinar la espiritualidad y las procesiones con el esparcimiento y el descanso.
La Semana Santa palentina se distingue de las demás por una serie de elementos propios, entre los que destacan la llamada de los hermanos, un ritual en el que se avisa a los 5.000 hermanos cofrades para que se alisten para las ceremonias; el tararú, que se emplea para marcar el ritmo de los hermanos en las procesiones; y el saludo de los estandartes, que tiene lugar antes de las procesiones, mientras llegan los cofrades.
Los acontecimientos principales de la Semana Santa palentina son los siguientes:
Jueves Santo, procesión de Quinta Angustia y procesión de la Oración del Huerto.
Viernes Santo, procesión del Silencio y Penitencia, procesión de Los Pasos y procesión del Santo Entierro.
Sábado santo, procesión del Dolor y procesión de la Soledad de la Virgen.
Domingo de Resurrección, procesión del Rompimiento del Velo, ceremonia del Encuentro de la Virgen con su Hijo, y volteo de campanas, cohetes y trompetas.
Durante su estancia en Palencia, le aconsejamos visitar la emblemática calle Mayor, el convento de San Francisco, el paseo del río Carrión, el Parque del Salón y la iglesia románica de San Juan Bautista.
Y no deje escapar la oportunidad de pasear por los Montes Torozos, que quedan apenas a unos seis kilómetros de la ciudad. Es un lugar ideal para caminar o hacer excursiones en bicicleta o a caballo. Es fácil observar ciervos. Después de una buena excursión, le aconsejamos un aperitivo en La Casa Pequeña, un edificio del siglo XVI con fabulosas panorámicas sobre la ciudad.
Y para el Domingo de Resurrección, déle un buen repaso a la mesa palentina. La oferta es variada y exquisita: sopa castellana, pan de hogaza, sopa morena elaborada con morcilla, lechón asado, cecina de equino, codorniz, huesos de santo, tortas de Osorno y mantecadas de Carrión…