Parí­s rinde homenaje a Eiffel, el mago del hierro


Eiffel

Coincidiendo con el 120 aniversario de la inauguración de la Torre Eiffel, el ayuntamiento de Parí­s alberga en su sede una exposición dedicada a su creador, bajo el tí­tulo Gustave Eiffel, le magicien du fer. Estamos ante una exposición de las que, de veras, uno sale con gran satisfacción y con la firme convicción de que ha valido la pena hacer un alto en el camino.

La gran cantidad de planos y detalles harán las delicias de arquitectos e ingenieros; también los amantes del arte están de enhorabuena, porque la exposición comprende decenas de lienzos de renombrados artistas sobre la torre y otras obras de Eiffel. Pero quizá los que más disfrutarán de la exposición son los amantes de la historia y de sus curiosidades y anécdotas, porque la muestra es muy generosa en estos detalles. Así­, la muestra incluye varios proyectos de Eiffel que nunca llegaron a ver la luz, como el puente submarino bajo el Canal de la Mancha.

Muy divertida es la parte dedicada a los proyectos artí­sticos de la Exposición Universal de 1900, que consistí­an en realizar transformaciones a la Torre Eiffel. Hay propuestas para todos los gustos: la de Henri Toussaint (ver foto de arriba) consistí­a en incorporar una falda metálica a los niveles inferiores. Nunca llegaron a emprenderse las obras.

También hilarante es la parte dedicada a los ‘enemigos’ de la torre en sus primeros años, quienes lanzaron una campaña de recogida de firmas para demolerla, entre cuyos signatarios figuran arquitectos como Charles Garnier, diseñador de la Opera de Parí­s. Joris Karl Huysmans dijo que esa «odiosa torre» es un «supositorio solitario repleto de agujeros», y Guy de Maupassant, que odiaba ese «esqueleto gigantesco», presumí­a de ir cada dí­a a comer al restaurante de la torre porque era «el único lugar de todo Parí­s donde no la veo».

Otro de los detalles curiosos que destapa la exhibición es que Eiffel, tan desmesurado, vanguardista y revolucionario en sus obras, llevó una vida personal de lo más seria y burguesa, casi aburrida. Algo nos dice que, quizá, eso debe ser una constante de los arquitectos, porque también Gaudí­ presentaba estos mismos trazos.

Más allá de la torre, la exposición abunda en detalles sobre las otras muchas obras del ingeniero de Dijon. Eiffel fue especialmente prolí­fico en sus obras fuera de Francia, y de hecho hoy en dí­a encontramos obras de Eiffel en paí­ses tan diversos como Portugal, Hungrí­a, Bolivia, Perú, Chile, Egipto, México, Camboya, Vietnam o Laos. En España, las dos principales obras de Eiffel son el puente de las Peixateries Velles de Girona, sobre el rí­o Onyar, y el puente ferroviario del Hacho en la provincia de Granada, el más largo de cuantos constituyen la red ferroviaria española.

Gustave Eiffel, la magicien du fer, puede visitarse en la sede del ayuntamiento de Parí­s (metro Hotel de Ville) hasta el 30 de septiembre de 2009.

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